Lo que sabe de moda lo aprendió en París. Roberto Verino se quedó prendado del oficio mientras estudiaba Bellas Artes en la capital francesa. Una pasión que quiso compartir con los suyos comenzando un negocio en su tierra, la localidad orensana de Verín. De ahí su apellido ‘artístico’. El del DNI, Mariño, es bien conocido en un entorno rural que, hasta entonces, no tenía tradición en la industria textil.
«Una locura» con la que romper con la triste costumbre de tener que abandonar la región en busca de un futuro profesional. «Una sangría muy dolorosa» contra la que tenía claro que pondría su granito de arena ayudando a que muchos jóvenes no tuviesen que dejar a sus familias para ganarse el pan. No solo generó trabajo. Creó un entorno que resulta gratificante porque ellos «son su motor de energía». El mejor ejemplo es que forman parte de su equipo hijos y nietos de las personas que empezaron con Verino en el inicio de la creación de su firma. Un proyecto arriesgado en el que se vincularon tanto los padres como los hermanos del diseñador empezando de cero.
«Hubiera sido más fácil fracasar que triunfar», comenta con el inusual optimismo con el que Verino impregna cada una de sus conversaciones. Pero triunfó. Y lo hizo con una receta basada en la fuerza de voluntad, el coraje y la paciencia, porque su desarrollo fue mucho más lento que si se hubiese instalado en París.
El futuro de la empresa «está encomendado a dos mujeres». Se trata de su hija, Cristina Mariño –directora de Marca–, y de Dora Casal –directora ejecutiva–, que se sumó al equipo en 2019, tras 17 años en otra firma emblemática gallega, Adolfo Domínguez.
Un feminista que defiende la sostenibilidad bien entendida y critica la «pose falsa» que hay desde hace unos años en torno a ella. «Por ejemplo, defender la piel falsa es una auténtica aberración. Cuando se come un animal, ¿por qué no aprovechar la piel? Otra cosa es destruir por destruir, su uso debe estar justificado», aclara el creador del término «armario emocional». «Aquel que contiene prendas que tienen un valor y significado para nosotros porque forman parte de nuestra vida, porque las hemos comprado en un momento importante o las hemos heredado», explica.
El consumo responsable se refleja en su nueva colección, ‘Belleza serena’, un homenaje a 40 años inspirándose en la belleza de las cosas sencillas, eternas, capaces de trascender en el tiempo porque saben adaptarse sin perder su esencia.
Fuente: El Correo Español