En plena pandemia, las hermanas Cristina y María Giraldo no encontraban mascarillas homologadas para niños y que además fuesen cómodas y aptas para la piel de los pequeños. Fue así como surgió la idea de fabricarlas. Y llevaron su propuesta a la empresa de capital gallego Gerifarma, dirigida por Javier López, quien aportó su conocimiento en el campo farmacéutico y proporcionó el apoyo financiero y administrativo para poder llevar a cabo el proyecto en un tiempo récord.
«La zona donde estaba confinada Cristina, en plena Costa da Morte, siempre ha sido un área llena de talleres textiles, pero muy pocos han sobrevivido. Preguntamos a los vecinos de Cabana de Bergantiños, y descubrimos que había un taller de confección, y ahí empezó todo», explica María Giraldo. Así fue cómo hablaron con las dos propietarias, dos mujeres y emprendedoras rurales, Irma Méndez y Noelia Soneira, y se dieron de alta como fabricantes de artículos textiles después de negociar con ambas cuánto querían ganar por cada nueva mascarilla.
Los promotores de la iniciativa coincidían en la necesidad de impulsar un proyecto arraigado en el entorno rural y respetuoso con el medio ambiente. Y aquí radica la principal novedad: se trata de mascarillas fabricadas con una fibra vegetal, biodegradables y que se pueden reutilizar luego como abono, en lo que constituye uno de los ejemplos que se encuadran en la llamada economía circular.
Desde Gerifarma han apostado por un tejido que además de ser apto para pieles sensibles y prevenir el mask-acné (dermatitis), no genera residuos, puesto que es compostable, esto es, se convierte en abono. Incluso las gomas también cuentan con el sello ecológico Oeko Tex. Son mascarillas higiénicas reutilizables para adulto y niño, confeccionadas según la especificación UNE 0065, que sirven de barrera en ambos sentidos para la reducción del riesgo de contagios por el covid-19. Destaca su ligereza y que no necesitan filtro porque el tejido ya cumple los parámetros de BFE y de respirabilidad exigidos, sin necesidad de tratamientos químicos añadidos o filtros, explican los promotores de la iniciativa.
Los creadores del proyecto están interesados en encontrar socios gallegos que compartan sus valores y también en la internacionalización a medio plazo, por ello su camino se ha unido al del clúster tecnológico gallego Bioga. Su previsión para el 2020 y 2021, dependiendo del escenario del covid, es la de llegar a unas 32.000 mascarillas distribuidas, sin contar posibles acuerdos para producir marca blanca para otras empresas. Los canales de de distribución elegidos son el presencial en las farmacia y el digital propio (a través de gerifarma.com) y el precio por unidad se sitúa en los 6,90 euros.
Un espaldarazo importante para el proyecto supone que Gerifarma ha sido recientemente seleccionada para participar en el programa de aceleración Connect-19, lanzado por la Agencia Gallega de Innovación (GAIN) en colaboración con el Parque Tecnológico de Galicia, S.A. (Tecnópole), para la comercialización de soluciones innovadoras en la lucha contra el coronavirus.
Fuente: La Voz de Galicia