Hace años que, afortunadamente, la presencia de la mujer en la universidad se ha normalizado. Hoy son más ellas que ellos en los estudios de grado en España. Sin embargo, hay carreras que parecen seguir vetadas para las mujeres. En especial, las que se relacionan con las disciplinas STEM (acrónimo que incluye ciencia, tecnología, ingeniería y también matemáticas). Las cifras así lo muestran. En el ámbito de la educación, ellas tienen mucha presencia (77,9% por 22,1% los chicos), según datos del Ministerio de Universidades. También ganan por goleada en el campo de salud y servicios sociales (71,8%), o en ciencias sociales, periodismo y documentación (62,5%). Sin embargo, quedan muy regazadas en ingeniería, industria y construcción (29,1%) o informática (13,4%). La pregunta es: ¿por qué?
Para los expertos, hay diversas razones que explican esta realidad. Una de ellas, la infravaloración propia. “No sólo creo que las mujeres infravaloran su capacidad para estudiar disciplinas STEM y dedicarse profesionalmente a ellas, sino que lo hemos evidenciado a través de estudios longitudinales”, explica Milagros Sáinz, del grupo de investigación GenTIC del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) de la UOC. Esgrime que “hay una tendencia a que las chicas, y eso que en muchos casos tienen mejores notas que ellos en estas materias, infravaloren su competencia en estas disciplinas porque socialmente son ámbitos para los que se necesita tener una capacidad intelectual muy alta y ésta se asocia a lo masculino”. La experta defiende que se trata de un “sesgo que no es cierto”, que afecta a muchas chicas y, también, a muchos chicos: “No todos tienen el porqué tener esas capacidades en estos ámbitos”.
Otro hándicap para ellas es la falta de referentes femeninos. Sobre todo, “que sean significativos para las chicas”. Sáinz explica que, efectivamente, en muchos programas de incentivación se incluyen a mujeres referentes, pero lamenta que, en la mayoría de ocasiones, “las jóvenes no se pueden identificar con ellas”. “Se muestran a mujeres muy inalcanzables, extraordinarias”, defiende.
Fuente: La Vanguardia