Los últimos diez años son los de la eclosión del smartphone de forma tan paulatina como masiva. Ha pasado de ser un lujo únicamente necesario y asumible para un nicho muy concreto de la sociedad, relacionado con la dirección de empresas o la gestión online del trabajo, a ser uno de los productos más populares de la historia. Ancianos, preadolescentes, ricos, pobres, no importa: todo el mundo acaba con uno en el bolsillo.
La revolución que plantea la inteligencia artificial es asombrosa en muchos ámbitos, pero uno de los más evidentes es el del trabajo, que podría cambiar de forma radical a medida que máquinas, robots y ordenadores hagan el trabajo que ahora hacemos los humanos.
El nuevo papel que juega el consumidor, su comportamiento, sus necesidades y cómo las empresas pueden adaptarse a estas nuevas situaciones, son los asuntos que han centrado la atención en la jornada “Innovación en consumo”, organizada por Innobasque, Agencia vasca de la Innovación. La jornada ha contado con representantes de empresas de referencia como Iberdrola, KPMG, Telefónica, IMQ, Hermeneus World o Azti; así como de instituciones vascas como la UPV, Bilbao Ekintza e Innobasque.
La tecnología avanza a pasos agigantados. Da igual el campo específico del que se trate: prácticamente cada día hay una innovación, sea más o menos llamativa. Esto hace que, en parte, el mundo avance y, con ello, que en muchas ocasiones la gente pueda mejorar sus condiciones de vida o encontrar nuevas formas de hacer todo más cómodo y accesible, además de llamativo o entretenido si hablamos en términos más enfocados al ocio.
¿Qué pasaría si en el mundo de hoy, un director ejecutivo de una empresa importante declarara públicamente que está en contra de la innovación y decidiera no hacer inversiones en este ámbito? Probablemente sería despedido de inmediato, mientras la compañía se va directo a la bancarrota.
Cada vez más, el mundo se está convirtiendo en una malla inteligente, que integra personas, cosas y servicios. La tecnología será parte del negocio digital del futuro y la gente común experimentará un mundo muy diferente, donde las líneas entre lo que es real y lo virtual podrían ser muy sutiles.
Los españoles tienen una innegable vena de curiosidad e inventiva. Los diez artilugios que hemos recopilado, son una muestra fehaciente de esta idea, ya que han nacido en estas tierras, pero (para bien o para mal) se han proyectado al mundo entero.
En general se piensa que los productos que vienen de China son simplemente imitaciones, pero las tornas ya han empezado a cambiar en el gigante asiático y algunas empresas han evolucionado, pasando de imitador a inventor. Estos son los seis pilares de dicho cambio.
El informe 'Schibsted Future Report 2017', llevado a cabo por la compañía Schibsted, ofrece una predicción del futuro a medio plazo centrado en tres categorías diferentes: las personas, la tecnología y los negocios, abarcando temas actuales como la impresión 3D, la realidad virtual, el 'Big Data' o el Internet de las Cosas, entre otros.
En 2003 Henry Chesbrough, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Berkeley (California), se dio cuenta de que las empresas no podían seguir innovando con la puerta cerrada. El secretismo en torno a la innovación ya no tenía sentido. Las compañías estaban obligadas a asumir que el conocimiento estaba distribuido por todo el mundo y que ningún departamento de I+D tendría capacidad para atraer y retener todo ese talento.